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¿Por qué tengo anemia si me alimento bien? Más allá de la carne roja y las hojas verdes

 

Muchas personas activas, con dietas aparentemente balanceadas, se sorprenden al ser diagnosticadas con anemia. ¿Es posible tener deficiencia de hierro comiendo carne y vegetales todos los días? La respuesta, aunque incómoda, es que sí: porque la anemia no siempre se soluciona comiendo más espinaca.

Cuando el análisis de sangre contradice tu estilo de vida

La anemia por deficiencia de hierro es una de las condiciones hematológicas más comunes a nivel mundial, especialmente entre mujeres en edad fértil. A menudo se asocia con una dieta pobre en alimentos ricos en hierro, pero esto es solo parte de la historia. Algunas personas, como la paciente que inspira este artículo, mantienen una alimentación adecuada, practican deporte y tienen hábitos saludables, y aun así enfrentan síntomas como fatiga, palidez o dificultad para concentrarse.

Entonces, ¿por qué puede aparecer anemia en quienes, en principio, «lo hacen todo bien»? Este artículo explora los mecanismos menos evidentes detrás de una deficiencia de hierro persistente, más allá del consejo, ya casi automático, de “comer más carne roja y hojas verdes”.

Desde la influencia del ciclo menstrual, el efecto del café como inhibidor de la absorción de hierro, hasta alteraciones gastrointestinales silenciosas, como la disbiosis, entenderemos por qué estas recomendaciones genéricas no siempre resuelven el problema.

¿Qué es la anemia y por qué importa?

La anemia ferropénica se produce cuando el organismo no tiene suficiente hierro para formar hemoglobina, la proteína encargada de transportar oxígeno en la sangre. Sus causas son múltiples, y sus consecuencias pueden afectar seriamente el rendimiento físico, el estado cognitivo y la calidad de vida.

Clínicamente, puede manifestarse con fatiga, debilidad, palidez de piel y mucosas, taquicardia, intolerancia al ejercicio y hasta alteraciones inmunológicas. Es especialmente preocupante en personas que practican deporte regularmente, ya que el hierro también interviene en procesos enzimáticos celulares clave para la producción de energía.

Un diagnóstico que sorprende: alimentación saludable y anemia

La paciente en cuestión lleva una dieta rica en proteínas animales, incluye vegetales de hoja verde diariamente y realiza actividad física constante. Además, no presenta síntomas digestivos severos. Entonces, ¿por qué presenta anemia?

Los análisis revelan niveles bajos de hemoglobina y hierro sérico, con un volumen corpuscular medio reducido, característico de anemia microcítica hipocrómica, típica de la deficiencia de hierro.

Los profesionales de la salud, en muchos casos, ofrecen una respuesta rápida: «coma más carne roja y vegetales verdes». Sin embargo, para comprender por qué algunas personas desarrollan anemia a pesar de consumir hierro, se analiza la interacción entre la dieta, el cuerpo y el entorno. ¿Se absorbe realmente el hierro? ¿Se pierde más de lo que se repone? ¿Hay barreras invisibles en el intestino?

Más hierro, ¿pero lo estás absorbiendo?

Para evaluar una anemia resistente a tratamiento dietético, los profesionales deben considerar tres grandes grupos de causas:

  1. Aporte insuficiente de hierro: ya sea por baja ingesta o por inhibidores en la dieta.
  2. Pérdidas aumentadas: hemorragias menstruales, microhemorragias digestivas, sudoración excesiva.
  3. Problemas de absorción intestinal: inflamación, infecciones, disbiosis o enfermedades como celiaquía.

En pacientes como esta, sin signos de sangrado digestivo evidente ni desnutrición, se realiza un análisis combinado de historia clínica, análisis de laboratorio (ferritina, transferrina, saturación de transferrina, hemoglobina, volumen corpuscular) y evaluación del estilo de vida y consumo de inhibidores de la absorción de hierro.

Café, menstruación y microbiota: como influyen con el hierro

A continuación, se resumen los factores fisiológicos y de estilo de vida que pueden contribuir a una anemia persistente a pesar de una dieta aparentemente rica en hierro:

  1. El café: tu ritual diario que sabotea el hierro

El café, especialmente cuando se consume junto a las comidas, contiene polifenoles (como los taninos) que se unen al hierro no hemo (de origen vegetal), reduciendo significativamente su absorción. Incluso el hierro hemo (de carne) puede verse afectado en menor grado.

Dato relevante: estudios han mostrado que una taza de café consumida en la misma comida puede reducir la absorción de hierro en hasta un 40%.

  1. Menstruaciones abundantes: la pérdida silenciosa que no sabías contar

Los ciclos menstruales abundantes durante varios días son una de las causas más comunes de deficiencia de hierro en mujeres jóvenes. Incluso cuando no se perciben como «anormales», una menstruación de más de 80 ml por ciclo (lo que equivale a unas 16 cucharaditas de sangre) ya representa un riesgo.

  1. Ejercicio intenso y pérdidas ocultas

El deporte aumenta la demanda metabólica, porque exige más energía, más transporte de oxígeno, más reparación celular y más actividad enzimática. Todo esto eleva los requerimientos de hierro, incluso en personas con una dieta adecuada.

  1. Tu intestino también decide: la disbiosis como obstáculo invisible

La integridad de la microbiota intestinal es esencial para la correcta absorción de nutrientes. Una flora intestinal alterada (por antibióticos, estrés crónico, dieta alta en azúcares refinados, etc.) puede disminuir la capacidad del intestino para absorber hierro, incluso si está presente en la dieta.

Hipótesis emergente: algunos estudios recientes sugieren que una disbiosis marcada puede alterar la expresión de proteínas transportadoras de hierro en el intestino delgado.

¿Y si no es solo lo que comes, sino cuándo y cómo?

Este caso ejemplifica por qué una visión reduccionista de la nutrición puede dejar sin resolver problemas clínicos reales. Decir simplemente “coma más carne” o “agregue espinaca” puede ser no solo ineficaz, sino también frustrante para pacientes que ya hacen un esfuerzo consciente por alimentarse bien.

Las recomendaciones deben adaptarse al contexto:

  • Separar el consumo de café al menos 1-2 horas de las comidas principales.
  • Evaluar el volumen y duración del sangrado menstrual con más detalle, y derivar a ginecología si se sospecha menorragia.
  • Investigar síntomas digestivos sutiles o cambios en el tránsito intestinal que puedan indicar disbiosis.
  • Revisar el estilo de vida deportivo y considerar si el gasto y pérdida de hierro superan lo que se ingiere.

Lo que nadie te dice en la consulta rápida

Muchos diagnósticos de anemia se manejan en farmacias o consultas rápidas sin una evaluación integral. Esto puede llevar a omitir condiciones subyacentes que impiden una recuperación sostenida de los niveles de hierro. Además, la medición aislada de hemoglobina no refleja el estado total de hierro corporal.

Limitación importante: la ferritina es un marcador más sensible para detectar reservas de hierro, pero puede elevarse falsamente en presencia de inflamación crónica, lo que requiere interpretación cuidadosa.

Conclusión: la anemia no siempre se resuelve comiendo mejor

Tener una dieta equilibrada no garantiza, por sí sola, un buen estado de hierro. La anemia ferropénica es una condición multifactorial que requiere mirar más allá del plato y considerar el entorno fisiológico, hormonal y gastrointestinal de cada paciente.

Reconocer factores como el consumo de café, los ciclos menstruales abundantes y la posible disbiosis intestinal permite un abordaje más preciso y personalizado, que va más allá de los consejos genéricos.

Referencias bibliográficas

¿Te identificas con este caso? ¿Has tenido anemia a pesar de cuidarte?

Cuéntanos tu experiencia, comparte este artículo o si necesitas ayuda para dar solución a tus problemas de salud no dudes en contactarnos, estamos aquí para ayudarte.

 

Hablemos con evidencia y sin humo … ¡Somos Samai! 

 

Por:
María José Mancheno
Master en Nutrición Metabólica

Master en Obesidad y Enfermedades Metabólicas
Especialista en Nutrición Deportiva

Especialista en Nutrición en Inflamación, microbiota y patologías digestivas

Especialista en tratamiento FODMAP

 

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