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Semaglutida: ¿Estamos ante una cura real para la obesidad?

 

La semaglutida ha revolucionado el tratamiento de la obesidad, generando expectativas que van desde una herramienta terapéutica eficaz hasta una posible «cura». Pero, ¿es realmente una cura definitiva o una intervención más dentro del manejo crónico de esta enfermedad metabólica?

Obesidad, una pandemia silenciosa

La obesidad es una de las principales causas prevenibles de enfermedad y muerte en todo el mundo, afectando a más de 650 millones de adultos según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Esta condición no solo se relaciona con un exceso de peso, sino con alteraciones fisiológicas complejas como la resistencia a la insulina, la inflamación crónica de bajo grado y disfunciones hormonales que afectan el apetito y el metabolismo.

Durante décadas, el tratamiento de la obesidad se ha centrado en intervenciones conductuales (dieta y ejercicio), farmacoterapia limitada y cirugía bariátrica. Sin embargo, las tasas de éxito a largo plazo han sido modestas, debido a la biología persistente del cuerpo humano en mantener el peso corporal.

En este contexto, la semaglutida —un análogo del péptido similar al glucagón tipo 1 (GLP-1)— ha emergido como una posible solución farmacológica con resultados clínicos que han sorprendido a la comunidad médica. Este artículo se propone responder: ¿Puede la semaglutida considerarse una cura para la obesidad, o simplemente una herramienta más dentro de su manejo integral?

¿Qué es la semaglutida y cómo actúa?

La semaglutida es un agonista del receptor de GLP-1, una hormona intestinal que se libera tras la ingesta de alimentos y regula varios aspectos del metabolismo:

  • Estimula la secreción de insulina dependiente de glucosa.
  • Inhibe la liberación de glucagón.
  • Ralentiza el vaciamiento gástrico.
  • Reduce el apetito a través de su acción sobre centros hipotalámicos del control del hambre.

A diferencia de versiones anteriores de GLP-1, la semaglutida tiene una vida media prolongada (alrededor de 7 días), lo que permite una administración semanal, mejorando la adherencia terapéutica.

Además de su uso aprobado en diabetes tipo 2, en 2021 la FDA y posteriormente la EMA aprobaron su indicación para el tratamiento de la obesidad con el nombre comercial Wegovy.

¿Qué dicen los estudios clínicos? Resultados que sorprenden

Los ensayos clínicos más relevantes provienen del programa STEP (Semaglutide Treatment Effect in People with obesity), una serie de estudios multicéntricos, doble ciego y controlados con placebo.

En estos estudios se incluyeron adultos con obesidad (IMC ≥30) o sobrepeso (IMC ≥27) con al menos una comorbilidad (como dislipidemia o hipertensión), pero sin diabetes. Los participantes fueron aleatorizados a recibir semaglutida 2.4 mg una vez por semana o placebo, junto con intervenciones conductuales estándar. El seguimiento promedio fue de 68 semanas.

¿Qué tan efectivo es?

Los resultados del estudio STEP 1, publicado en The New England Journal of Medicine (NEJM, 2021), mostraron:

  • Pérdida de peso promedio: 14.9% del peso corporal con semaglutida vs. 2.4% con placebo.
  • Reducción significativa del apetito y mejora del control alimentario.
  • Mejoras en presión arterial, lípidos y marcadores inflamatorios.
  • Un 86% de los participantes tratados con semaglutida perdieron al menos el 5% de su peso corporal, y un 32% logró perder más del 20%.

¿Cura, tratamiento o paliativo?

Los resultados son indudablemente significativos, pero llamar “cura” a la semaglutida es, al menos por ahora, una sobreestimación. A continuación, se analiza el porqué:

  1. ¿Se trata de una enfermedad crónica?

La obesidad es una condición crónica con una base genética, neuroendocrina y ambiental compleja. Aunque la semaglutida modula eficazmente el apetito y el metabolismo, no modifica de forma permanente los mecanismos neurohormonales que predisponen al aumento de peso.

  1. ¿Qué ocurre al suspender el fármaco?

Los estudios han demostrado que la mayoría de los pacientes recuperan peso tras suspender el tratamiento, lo cual refuerza la necesidad de un uso continuo, como en el caso de la hipertensión o la diabetes.

  1. Efectos adversos y tolerancia

Aunque en general es bien tolerada, un porcentaje significativo de pacientes reporta náuseas, vómitos y constipación. Además, su costo elevado y la necesidad de inyecciones semanales pueden limitar su accesibilidad.

  1. Comparación con enfoques previos

En comparación con otros fármacos para la obesidad, la semaglutida ofrece resultados más contundentes. Sin embargo, la pérdida de peso inducida por cirugía bariátrica sigue siendo mayor, aunque a costa de mayor invasividad y riesgo.

Más allá del entusiasmo: Lo que aún no sabemos

Como toda intervención nueva, la semaglutida enfrenta desafíos importantes:

  • Falta de datos a largo plazo: Aunque los estudios a 2 años son prometedores, se requiere evidencia de eficacia y seguridad en periodos más extensos.
  • Inequidad en el acceso: Su elevado precio limita su uso a pacientes con poder adquisitivo alto o con seguros de salud integrales.
  • Necesidad de tratamiento continuo: Como sucede con otros tratamientos crónicos, se requiere adherencia a largo plazo.

Implicancias futuras y aplicaciones prácticas

La semaglutida marca un hito en el tratamiento farmacológico de la obesidad y está cambiando el paradigma de que solo la cirugía bariátrica puede ofrecer pérdidas de peso sustanciales. Se están desarrollando nuevas moléculas con acción dual (como tirzepatida, que actúa sobre GLP-1 y GIP) que podrían superar sus efectos.

Desde un enfoque de salud pública, la integración de estos tratamientos con intervenciones dietéticas, psicosociales y de actividad física ofrece una oportunidad sin precedentes para reducir la carga global de enfermedades metabólicas asociadas a la obesidad.

¿Esperanza o solución definitiva?

La semaglutida representa uno de los avances más significativos en la lucha contra la obesidad, con resultados clínicos que superan a la mayoría de los tratamientos farmacológicos disponibles hasta ahora. Sin embargo, no constituye una cura definitiva, sino una herramienta eficaz dentro de un enfoque multidisciplinario e individualizado.

Su eficacia está condicionada a la continuidad del tratamiento y a su integración con cambios sostenibles en el estilo de vida. El desafío para los sistemas de salud será garantizar un acceso equitativo y racional a esta innovadora terapia.

Referencias

  • NEJM – Once-Weekly Semaglutide in Adults with Overweight or Obesity (STEP 1)
  • FDA – Approval of Wegovy (semaglutide) for chronic weight management
  • OMS – Obesidad y sobrepeso
  • JAMA – Weight Regain After Withdrawal of Semaglutide

¿Qué opinas sobre el papel de la semaglutida en el tratamiento de la obesidad?

Déjanos tus comentarios, comparte este artículo con tus colegas o familiares, y súmate al debate informado sobre el futuro de la medicina metabólica.

 

¡Somos Samai!

Por:
María José Mancheno
Master en Nutrición Metabólica
Especialista en Nutrición Deportiva y Obesidad

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