¿Estás en tu peso “ideal”? Cuidado: eso no dice nada de tu salud
¿Pesas lo que siempre te han dicho que es “normal”? ¿Comes mal, no haces ejercicio, pero la báscula no se mueve? Mucho cuidado. El número que ves no refleja lo que realmente ocurre dentro de tu cuerpo. Hoy sabemos que el peso, por sí solo, es un indicador pobre e incluso engañoso de tu estado de salud.
¿Por qué seguimos obsesionados con la báscula?
La obsesión por alcanzar el “peso ideal” ha sido durante décadas uno de los pilares del imaginario colectivo sobre la salud y la estética. Sin embargo, esta idea ha demostrado ser no solo inexacta, sino también potencialmente dañina. El error fundamental está en asumir que el peso corporal es un reflejo confiable del estado de salud de una persona. Nada más lejos de la realidad.
Aunque muchos profesionales de la salud siguen utilizando herramientas como el Índice de Masa Corporal (IMC) para establecer rangos de peso “normales”, estas métricas simplificadas no tienen en cuenta aspectos esenciales como la distribución del tejido muscular, la cantidad de grasa visceral, o el nivel de inflamación sistémica.
Entonces: ¿Podemos considerar a alguien saludable solo por estar en su “peso ideal”? Y más aún, ¿es seguro confiar en el peso como único marcador del bienestar físico?
Desde un punto de vista clínico, entender qué hay detrás del número en la báscula es clave para identificar disfunciones metabólicas profundas que pasan desapercibidas, como la resistencia a la insulina, la sarcopenia oculta o el síndrome metabólico en personas con peso normal.
¿Cómo lo sabemos?
En los últimos años, numerosos estudios han centrado su atención en la composición corporal, y no en el peso total. Una de las líneas de investigación más relevantes es el estudio del ratio músculo-grasa, es decir, cuánto músculo hay en relación con la grasa en el cuerpo de una persona.
Mediante bioimpedancia eléctrica, DEXA (absorciometría dual de rayos X), y otras técnicas de imagen, se ha podido establecer con mayor precisión que personas con el mismo peso pueden tener perfiles de salud completamente opuestos dependiendo de cómo esté distribuido ese peso.
Uno de los trabajos más sólidos en este campo fue el de Young-Gyun et al. (2020), donde se estudió la asociación entre el ratio músculo-grasa y el síndrome metabólico, incluso en individuos con peso “normal”.
Lo que realmente encontramos:
- El IMC no distingue entre músculo y grasa
Atletas y personas físicamente activas con alta masa muscular pueden superar el umbral de 30 y ser erróneamente clasificadas como obesas. Un estudio sobre exjugadores de la NFL reveló que, a pesar de su elevado IMC, su riesgo metabólico variaba ampliamente.
- Existen obesos metabólicamente saludables
Algunas personas con sobrepeso presentan un perfil metabólico óptimo: buena sensibilidad a la insulina, baja inflamación y presión arterial normal. Sin embargo, esta condición es transitoria y puede cambiar rápidamente sin intervención activa (dieta, ejercicio).
- Los Delgados Metabólicamente Obesos (DMO) están en riesgo
Personas con peso normal pero poca masa muscular y exceso de grasa visceral presentan riesgos iguales o mayores de enfermedades crónicas como diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares. Esto demuestra que el peso bajo no garantiza salud.
- Distribución de la grasa, no solo cantidad
El exceso de grasa visceral (alrededor de órganos internos) tiene una alta capacidad de generar inflamación crónica, resistencia a la insulina y daño hepático. La grasa subcutánea, si bien también problemática en exceso, no comparte del todo este perfil lipotóxico.
- La masa muscular protege
Un buen desarrollo muscular no solo mejora la estética física, sino que actúa como un amortiguador metabólico. La masa muscular es fundamental para la regulación de la glucosa, la sensibilidad a la insulina y el equilibrio hormonal.
¿Por qué importa todo esto?
Estos hallazgos obligan a reformular nuestras creencias más arraigadas sobre el peso y la salud. Dejar de mirar la báscula como el juez absoluto del bienestar es un paso esencial para avanzar hacia una medicina preventiva más personalizada y efectiva.
Además, desde el punto de vista clínico, diagnosticar a alguien como “sano” solo por estar dentro del peso normal puede llevar a retrasar la detección de condiciones graves como resistencia a la insulina, hipertensión o incluso sarcopenia incipiente.
Este cambio de paradigma también impacta en la percepción estética: muchas personas se esfuerzan por “bajar de peso” sin entender que, al perder masa muscular, podrían estar dañando su salud y quedando con un físico poco firme o “flácido”, que no se corresponde con un cuerpo fuerte y funcional.
Este fenómeno tiene implicaciones clínicas profundas:
- Mayor riesgo de enfermedades metabólicas: como diabetes tipo 2, enfermedad cardiovascular, hígado graso no alcohólico, hipertensión y síndrome metabólico.
- Inflamación crónica de bajo grado: causada por la hipertrofia adipocitaria y la liberación de citoquinas inflamatorias, como TNF-α e IL-6.
- Deterioro funcional y calidad de vida: especialmente en personas mayores, donde la pérdida muscular (sarcopenia) incrementa el riesgo de caídas, dependencia y mortalidad.
- Desnutrición encubierta: países con alta prevalencia de obesidad presentan al mismo tiempo tasas alarmantes de desnutrición, evidenciando una paradoja nutricional moderna.
Más músculo, menos obsesión con el peso
El mensaje es claro: el peso, por sí solo, no determina tu salud. Lo verdaderamente importante es de qué está compuesto ese peso. Dos personas con el mismo número en la báscula pueden tener destinos clínicos muy distintos. Por ello, si no haces ejercicio y comes mal, no te engañes por el número que ves: no estás sano, aunque el peso te diga otra cosa.
Referencias y fuentes relacionadas
- Young-Gyun et al., «Association of Muscle-to-Fat Ratio with Metabolic Syndrome in Normal Weight Adults», 2020.
- Información general sobre composición corporal en la OMS: https://www.who.int
- Tomiyama AJ et al. 2016, “Misclassification of cardiometabolic health”
- Maffetone P, Rivera-Dominguez I, Laursen PB. “Overfat and underfat” (2016)
- Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC): BMI is not a diagnostic tool
¿Qué opinas tú?
¿Te habías planteado que estar delgado no siempre significa estar sano? ¿Has hecho alguna medición de tu masa muscular? Comparte este artículo si crees que puede ayudar a cambiar la visión errónea sobre el peso y la salud.
¡Somos Samai!
Por:
María José Mancheno
Master en Nutrición Metabólica
Especialista en Nutrición Deportiva y Obesidad