SAMAI

Evaluación Nutricional Integral: Un Enfoque Funcional para la Salud del Paciente

¿Qué debe incluir una primera consulta nutricional para ser completa, rigurosa y clínicamente efectiva?

Hoy sabemos que el éxito de la intervención nutricional no depende únicamente del peso ni de la aplicación de dietas estándar. Una intervención nutricional que busca resultados significativos y duraderos exige reconocer que cada paciente es un caso único. Por ello, es fundamental una valoración global y basada en evidencia, que contemple tanto los aspectos clínicos como las particularidades personales del individuo.

Bajo esta premisa, te presentamos nuestro enfoque, diseñado para valorar al ser humano desde cuatro dimensiones fundamentales, ofreciendo una mirada funcional a su salud integral.

1. Exploración Funcional de los Cuatro Entornos Clave del Paciente

La anamnesis nutricional avanzada no debe limitarse a la ingesta dietética. La entrevista clínica debe permitir la exploración de cuatro dimensiones funcionales esenciales:

  • Actividad física: Se evalúa detalladamente el tipo, frecuencia, intensidad y duración del ejercicio practicado. Es crucial identificar también la presencia de inactividad, sedentarismo o cualquier limitación funcional existente.
  • Actividad deportiva: Se especifica el tipo de deporte, el nivel de práctica (ej. principiante, intermedio, avanzado), los objetivos definidos y el historial de lesiones relevantes.
  • Hábitos nutricionales: Se indaga a fondo en horarios y frecuencia de comidas, preferencias y aversiones alimentarias, así como patrones de conducta alimentaria.
  • Signos clínicos y antecedentes personales y familiares: Se recopila el historial de enfermedades crónicas, síntomas digestivos recurrentes, alergias conocidas, medicación actual y antecedentes familiares con posible impacto en la salud.

Esta aproximación permite contextualizar la ingesta y las necesidades metabólicas en función del entorno de vida y antecedentes clínicos del paciente.

2. Análisis de Composición Corporal: Más Allá del Peso

Utilizar bioimpedancia eléctrica multifrecuencia u otras técnicas de composición corporal ofrece datos críticos que amplían el diagnóstico nutricional:

  • Masa muscular: distribución, simetría y sarcopenia potencial.
  • Masa grasa: porcentaje de grasa total, visceral y segmentaria.
  • Agua corporal: hidratación intra y extracelular, riesgos de edema.
  • Masa ósea estimado: orientativo frente a posibles casos de osteoporosis o desmineralización ósea.
  • Ángulo de fase corporal: Biomarcador celular asociado a la integridad de membranas, inflamación crónica subclínica y pronóstico de recuperación clínica.
  • Grasa visceral: grasa interna que rodea los órganos, considerada de alto riesgo.

Este análisis permite una estratificación de riesgo clínico y facilita la individualización de estrategias nutricionales y de actividad física.

3. Evaluación Bioquímica: Base Objetiva del Diagnóstico Nutricional

La interpretación de parámetros de laboratorio es imprescindible para una intervención basada en evidencia. Los paneles mínimos recomendados incluyen:

  • Glucosa en ayunas, HbA1c
  • Perfil lipídico
  • TSH, T3, T4 (si hay sospecha o diagnóstico de disfunción tiroidea)
  • Hierro, ferritina, vitamina B12, ácido fólico (anemias)
  • Vitamina D, calcio, fósforo (salud ósea)
  • Función renal y hepática

Según la situación clínica, puede ser pertinente solicitar marcadores inflamatorios (PCR, VSG) o hormonas específicas.

4. Clarificación de Objetivos: Centrar la Intervención en el Paciente

No se diseña ningún plan sin entender qué desea el paciente realmente:

  • Objetivos metabólicos: control de dislipidemias, manejo de diabetes tipo 2, optimización tiroidea, etc.
  • Objetivos estéticos: recomposición corporal, disminución de grasa subcutánea o visceral.
  • Objetivos deportivos: mejora de rendimiento, recuperación post-entrenamiento, prevención de lesiones.
  • Objetivos funcionales/clínicos: prevención de sarcopenia, recuperación de movilidad, control del dolor crónico, mejora de la salud gastrointestinal.

5. Cálculo del Requerimiento Energético Total y Planificación Personalizada

Se utiliza el análisis combinado para definir el Requerimiento Calórico Total (TDEE) del paciente, considerando:

  • Edad, peso, estatura
  • Nivel de actividad física
  • Composición corporal
  • Objetivos clínicos y/o funcionales

La estrategia nutricional se adapta así a la fisiología, preferencias alimentarias y contexto clínico del paciente, permitiendo planes alimentarios realmente personalizados, seguros y efectivos.

Reflexión Final

Integrar todos estos componentes transforma una consulta convencional en una herramienta clínica poderosa para prevenir, tratar y optimizar la salud de los pacientes.

Como profesionales, debemos trascender las fórmulas generales y comprometernos con evaluaciones profundas que realmente coloquen al ser humano en el centro del proceso terapéutico.

¡Somos Samai!

Por:
María José Mancheno
Master en Nutrición Metabólica
Especialista en Nutrición Deportiva y Obesidad

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