Biografía

Ser fisioterapeuta infantil es una labor maravillosa y gratificante. El poder ayudar a los niños a alcanzar su máximo potencial físico y mejorar su calidad de vida es una tarea que no solo requiere conocimiento técnico, sino también una gran dosis de empatía y dedicación, y son esos dos ingredientes la base de mi trabajo. Siento que cada día tengo la oportunidad de hacer una diferencia significativa en la vida de los pequeños y sus familias. A través de mis conocimientos, ellos encuentran alivio, fuerza y, en muchos casos, la posibilidad de llevar una vida más plena y activa.

Mi profesión me ha enseñado que cada niño tiene necesidades específicas y requiere un enfoque personalizado. La paciencia y la creatividad son mis más grandes aliados mientras desarrollo planes de tratamiento que sean efectivos, atractivos y motivadores para mis pacientes. La comunicación adecuada es otro ingrediente de mi día a día, pues esto me permite conectar tanto con los niños como con sus padres lo cual es crucial para el éxito del tratamiento. 

Sé que mi profesión requiere de un estudio constante y es por esto que mi proceso de formación continua para que de esta manera pueda apoyar a las familias, mi objetivo es seguir rehabilitando y/o habilitando las diferentes funciones que les permita mejorar las habilidades y capacidades de los niños y niñas que atienda.

“La enseñanza que deja huella, no es la que se hace de cabeza a cabeza, sino de corazón a corazón”. -Howard G. Hendricks-.